Pericarditis constrictiva
Pericarditis constrictiva
La pericarditis constrictiva es el res
ultado de una inflamación crónica del pericardio. Con el paso de los años, el pericardio inflamado se engruesa y pierde elasticidad, pueden aparecer también zonas calcificadas, y por lo tanto, especialmente rígidas. Cuando el pericardio está muy engrosado y calcificado, deja de ser elástico, su tamaño disminuye, y puede oprimir al corazón, limitando sus movimientos.
Las causas de la inflamación del pericardio son variadas, en la mayoría de los casos no se encuentra un antecedente claro, por lo que se denominan idiopáticas (si bien se piensa que el antecedente puede haber sido una infección vírica).
La radioterapia, una cirugía cardiaca previa o la tuberculosis (poco frecuente e nuestro medio) son otras posibles causas.
La clínica es variada, el síntoma más habitual es la disnea (sensación de falta de aire) y la fatiga. También es habitual la aparición de edema (hinchazón) en las piernas y la retención de líquido en el abdomen. Puede acompañarse de palpitaciones (taquicardia)
El diagnóstico se confirma mediante pruebas de imagen: ecocardiografía, TC y Resonancia magnética cardiaca, que permiten diagnosticar la falta de elasticidad del pericardio y valorar las repercusiones sobre el corazón.
El tratamiento de la pericarditis constrictiva incluye una serie de fármacos, como los diuréticos y distintos tipos de antiinflamatorios, y cambios en la alimentación (comer sin sal).
En los casos en que los síntomas progresan a pesar del tratamiento, se hace necesaria la cirugía, para retirar parte del pericardio engrosado. Esta intervención se denomina pericardiectomía. Precisa la apertura del esternón y se realiza con anestesia general.