Derrame pericárdico y taponamiento cardiaco
El derrame pericárdico es un aumento del volumen del líquido pericárdico. Los derrames de pequeña cantidad generalmente no tienen consecuencias, pero si el derrame es importante, puede tener repercusión en el funcionamiento del corazón, al comprimirlo.
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Existen múltiples causas para la aparición de derrame pericárdico, la más habitual, la pericarditis o inflamación del pericardio.
Las infecciones víricas o bacterianas, el infarto de miocardio, el cáncer, la radioterapia, una cirugía cardiaca previa, enfermedades autoinmunes o fallo renal se encuentran entre las posibles causas, si bien en ocasiones no se encuentra una causa clara y se denomina derrame pericárdico idiopático.
- Cuando el derrame es secundario a una pericarditis, aparece dolor torácico, de distinta intensidad, que es mayor cuando el paciente está tumbado.
- Si la cuantía es importante, o si se desarrolla con mucha rapidez, puede aparecer dificultad para respirar (disnea) que se acentúa al tumbarse (ortopnea).
- Si tiene un origen infecioso, puede aparecer fiebre, naúseas y vómitos, dolor muscular…
- Puede acompañarse de palpitaciones (taquicardia)
- Radiografía de tórax: que puede mostrar una silueta cardiaca aumentada de tamaño.
- Ecocardiograma: Muestra la presencia de líquido en el saco pericárdico y permite determinar su localización y estimar su cuantía. Es la prueba diagnóstica de elección.
- El TC de tórax y la Resonancia magnética: Nos permiten diagnosticar y valorar los derrames pericárdicos.
En el tratamiento del derrame pericárdico, hay que tratar en primer lugar la causa desencadenante. Los antiinflamatorios no esteroideos, la colchicina y los corticoides, tratan la inflamación del pericardio (pericarditis) que causa el derrame. En los casos en que el origen de la pericarditis sea una infección bacteriana, se emplean antibióticos.
Si la cuantía del derrame pericárdico es importante, no mejora con el tratamiento farmacológico o provoca síntomas en el paciente, es necesario drenarlo. La pericardiocentesis es un procedimiento en el que mediante una aguja se penetra en el espacio pericárdico y se deja colocado un catéter que permite drenar el derrame.
En ocasiones la localización del derrame, las características del mismo (sangre o pus), o la necesidad de tomar muestras para estudiar la causa del mismo (por ejemplo en sospechas de malignidad o de determinadas enfermedades) hacen necesario realizar una cirugía denominada ventana pericárdica. Mediante este procedimiento se retira un fragmento de pericardio, se drena el derrame y se deja colocado un drenaje. Requiere anestesia general.
En ocasiones, la cantidad de derrame pericárdico es tan importante (hasta 2 litros) que compromete seriamente la función del corazón, por lo que el paciente se encuentra en una situación clínica delicada que se denomina taponamiento cardiaco.
Cuando el paciente se encuentra en esta situación, sus síntomas son mucho más severos, presenta una falta de aire importante (disnea), taquicardia, hipotensión arterial, signos de fracaso cardiaco, como la falta de riego adecuado de los órganos y tejidos.
El taponamiento cardiaco es una situación de urgencia que requiere el drenaje del derrame en un corto espacio de tiempo, bien mediante pericardiocentesis, bien mediante una ventana pericárdica, en función de la localización del derrame, la sospecha de la causa y la gravedad del paciente.